Sexualidad y menopausia: cuando el deseo cambia, pero no desaparece 🔥

Hablar de sexo en la menopausia no debería ser un tabú

A muchas mujeres les cuesta decirlo en voz alta, pero lo piensan todos los días:

“¿Por qué ya no siento lo mismo?”
“¿Por qué duele?”
“¿Es normal no tener ganas?”

La vida sexual en la menopausia cambia, y no por eso deja de ser válida, valiosa o placentera. Lo que falta no es deseo: falta información honesta y un lenguaje que no infantilice ni invisibilice el deseo femenino después de los 40 o 50 años.

Este es un espacio para hablar sin vergüenza, sin mitos y sin frases condescendientes. Porque tu cuerpo sigue siendo tuyo. Y sigue teniendo derecho al placer.


¿Qué está pasando con tu cuerpo (y tu mente)?

Durante la premenopausia y la menopausia, tu cuerpo está atravesando un rediseño interno. Los estrógenos y la testosterona —sí, las mujeres también la producen— descienden, lo que puede afectar:

  • La lubricación vaginal natural
  • El grosor y la elasticidad de las paredes vaginales
  • La irrigación sanguínea en la zona genital
  • El deseo sexual espontáneo
  • La respuesta emocional al estímulo

En la práctica, esto se traduce en:

  • Dolor o ardor durante las relaciones sexuales (dispareunia)
  • Menor interés o motivación sexual
  • Sensación de desconexión con el cuerpo
  • Dificultad para alcanzar el orgasmo

Pero ojo: esto no significa el final de tu vida sexual, sino el inicio de una nueva forma de vivirla.


¿Y el deseo? ¿Dónde se fue?

El deseo femenino no es solo hormonal, también es emocional, mental y relacional. En la menopausia, muchas mujeres están atravesando otros procesos a la vez: crianza de hijos adolescentes, cambios en el rol de pareja, duelos, agotamiento, cuestionamiento de identidad…

Todo eso influye. El deseo no desaparece: se transforma.

Por eso, muchas mujeres redescubren su deseo cuando dejan de presionarse para “ser como antes” y empiezan a escucharse en el presente.


¿Qué se puede hacer?

No estás condenada a vivir el sexo como una tarea dolorosa o una ausencia. Hay muchas formas de reconectar con tu cuerpo y tu erotismo. Aquí van algunas opciones efectivas y reales:

💧 1. Hidratación íntima y lubricación

Usa lubricantes a base de agua o silicona (según tu sensibilidad) y considera hidratantes vaginales regulares, no solo durante el acto sexual. Esto mejora la elasticidad y reduce la sequedad incluso fuera de la cama.

🩺 2. Terapia hormonal local (no sistémica)

Existen cremas o anillos vaginales de estrógenos de bajo impacto sistémico que restauran la mucosa vaginal. Pueden ser una gran solución si el dolor es frecuente. Consulta con un ginecólogo con enfoque en salud menopáusica.

🧠 3. Terapia de pareja o sexual

Los cambios sexuales pueden generar distancia emocional. Hablar con un terapeuta especializado ayuda a abrir nuevos códigos de comunicación y a quitar presión del rendimiento o la frecuencia.

🪞 4. Redefinir el placer

El erotismo no se limita a la penetración. Abrazos, caricias, autoexploración, masajes, fantasías, juegos. Muchas mujeres redescubren zonas y formas de placer que antes no conocían.

🥰 5. Escucha tu propio deseo, no el ajeno

La sexualidad después de los 40 es tuya. Si tu deseo cambió, también puede cambiar la forma de vivirlo. Lo importante es que te sientas conectada con tu cuerpo, no que cumplas con un estándar externo.


El cuerpo cambia con la menopausia, pero el derecho al placer no

Sí, la menopausia puede traer dificultades sexuales. Pero también puede ser una oportunidad para dejar atrás la vergüenza, los automatismos y la autoexigencia.

Redescubrir tu vida sexual desde un lugar más consciente, libre de mitos y con conexión real contigo misma, no solo es posible: puede ser mejor que antes.

En Guía Menopausia, creemos que una mujer informada es una mujer empoderada. Y que hablar de sexo después de los 45 no es provocador: es revolucionario.